''El hombre que andaba por el color'' Didi Huberman
Pautas del análisis
El análisis debe responder ordenadamente a los siguientes puntos:
1. Breve biografía del autor (leed varias y redactar las conclusiones a las que llegáis. Citad las fuentes)
2. Datos editoriales: ISBN, lugar donde se edita, DL, número de ediciones, año de publicación. Procedencia del libro ¿Has adquirido el libro? ¿es de préstamo bibliotecario? ¿es digital?
3. Argumentación de las razones por las que has seleccionado el libro
4. Resumen de lo que trata el libro (NO LO QUE HAN ESCRITO OTROS. Aportación PERSONAL)
5. Desarrollo de los argumentos que presenta el libro.
6. Puntos fuertes que más te han interesado
7. Puntos que podrías rebatir al autor
8. ¿Te falta algo en el libro? ¿Deseas saber algo más sobre ese tema?
9. ¿Conocer otros libros que podrías recomendar de la misma área de conocimiento?
10. Conclusiones
1-Georges Didi-Huberman
BIOGRAFÍA
Georges Didi-Huberman es hijo de un pintor, que le enseñó su oficio artístico. Se formó en París, como filósofo e historiador de arte. En 1982 se orientó cierto tiempo al teatro y montó con su hermana su obra sobre la peste.
Complementó sus estudios de arte en Roma (Académie de France) y en Florencia (Villa I Tatti, Harvard University Center for Italian Renaissance Studies), 1984-1988; luego, en Londres (Institute of Advanced Study, Warburg Institute). Actualmente es profesor en la École des Hautes Études en Sciences Socials de París.
Desde 1990 ha dirigido seminarios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (París), pero también ha sido docente en Baltimore, Northwestern, Berkeley y Berlín. En Alemania se han traducido varios libros suyos, con repercusión: fue premiado en Hamburgo por la Fundación Aby Warburg y ganó el premio Humboldt en 2006.
Fue responsable de diversas exposiciones, como L'Empreinte en el Centro Georges Pompidou, París, 1997; y Fables du lieu en el Studio national des Arts contemporains, Tourcoing, 2001.
A partir de 2010 curó la exposición ATLAS ¿Cómo llevar el mundo a cuestas?, puesta en exhibición del Atlas Mnemosyne de Aby Warburg, donde introduce las implicaciones de narrar la historia a partir de la supervivencia de la imagen y cómo se integran la desigualdad de tiempos según el análisis y referencias al pensamiento del historiador alemán.
En 2015 fue galardonado con el prestigioso Premio Theodor W. Adorno, otorgado por la ciudad de Fráncfort como reconocimiento a su prolongada trayectoria y contribuciones en diversas áreas de estudio.
Didi-Huberman es un gran teorizador de la imagen, que quiere ir más allá de la iconografía más objetiva de tipo panofskyano. Se define como heredero intelectual de Aby Warburg (L’Image survivante), Georges Bataille (La Ressemblance informe), Carl Einstein y Walter Benjamin (Ante el tiempo). Sus obras, son fundamentalmente ensayos sobre sus trabajos profesionales, en especial sobre la historia y la teoría de las imágenes desde el punto de vista estético y filosófico.
Entre sus textos destacan Lo que vemos, lo que nos mira (1997), L’Image survivante. Histoire de l’art et temps des fantômes selon Aby Warburg (2002), Imágenes pese a todo: memoria visual del holocausto (2004), Gestes de l’air et de pierre. Corps, parole, souffle, image (2005), Venus rajada: desnudez, sueño, crueldad (2005), Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes (2006) y Ex-voto: image, organe, temps (2006).
En 2009 inició una serie de libros extensos bajo un título general El ojo de la historia, donde relaciona directamente historia e imagen. Consta ya de cuatro volúmenes: Cuando las imágenes toman posición, Remontages du temps subi, Atlas (que tuvo una primera redacción en España) y Peuples exposés, peuples figurants, de 2012, que aborda problemas de la imagen anónima, el gesto rescatado y la historia.
En 2017 escribió el prefacio de la primera traducción al español de "Aby Warburg y la imagen en movimiento", de Philippe-Alain Michaud. En los últimos años se ha transformado en uno de los pensadores más influyentes en el campo de la estética y la filosofía. Publicó más de veinte libros, entre los cuales se tradujeron al castellano “Lo que vemos, lo que nos mira” (Ma non tropo), “Imágenes pese a todo” (Paidós), “Ante la imagen” (Cendeac), “La imagen superviviente” (Abada) y “Ante el tiempo”. En particular, ha discutido el arte religioso en un sentido muy amplio —así en los artículos de L'Image ouverte—, pues el registro de sus estudios va desde la Edad Media hasta el arte de hoy, con ciertos motivos como la herida, la sangre y la carnalidad que recorre muchos aspectos. De hecho empezó con un trabajo sobre la fotografía y la falsedad de la teoría histérica del siglo XIX (La invención de la histeria).
Fuentes de la biografía:
https://es.wikipedia.org
-https://adrianahidalgo.es
-http://www.circulobellasartes.com
-http://www.lecturalia.com
-http://proyectoidis.org
2-Datos editoriales
Editorial: ABADA editores, lecturas de historia del arte
ABADA EDITORES, S.L, 2014
Calle del Gobernador, 18
28014 Madrid
Les Éditons de Minuit, 2001
Traducción: Juan Miguel Hernández León, 2014
para todos los países de lengua española
Diseño: SABÁTICA
Producción: Guadalupe Gisbert
ISBN: 978-84-16160-17-4
IBIC: HPN
Depósito legal: M-30645-2014
Preimpresión: Escarola Leczinska
Impresión: Punto verde, S.A.
Título original: L' homme qui marchait dans la couleur
Adquirí este libro a través de Amazon, ya que en lo personal prefiero la lectura analógica, y necesito casi siempre resaltar con lápiz determinadas palabras y párrafos, para poder después meditarlos en las siguientes lecturas, algo que no podría hacer si se tratara de un préstamo bibliotecario.
3- ARGUMENTACIÓN
Adquirí este libro primeramente por lo llamativo de su título, ya que me llamó la atención entre el resto por la originalidad de este. También lo escogí por su ligereza, por ser un libro que puedo llevar siempre conmigo para leerlo, analizarlo y meditarlo, ya que reúne los dos puntos que más me gustan en un libro: brevedad e intensidad. Es una obra que pese a su poca densidad alberga muchos puntos en los que pararse a pensar en diferentes interpretaciones para poder comprender bien lo que está pasando.
4- RESUMEN DEL LIBRO
Un hombre camina por diferentes escenarios (desertificados, atiborrados…) con distintos juegos cromáticos en momentos históricos lejanos. Todas estas situaciones tienen en común la manifestación de lo que se denomina ‘’el Ausente’’ de una manera u otra, formando siempre este parte del vacío y de los diferentes planos y gradaciones del color. Este personaje tiene una evolución hija de su tiempo, por lo que en las diferentes épocas pasa de ser un presunto desconocido, a una autoridad, a un elemento totalmente ignorado por el hombre. Éste camina por el tiempo y las sociedades, es decir, camina por el color, y va experimentando con él sensaciones diversas.
5-DESARROLLO DE ARGUMENTOS DEL LIBRO
ÍNDICE
1-Andar en el desierto
2-Andar en la luz
3-Andar en el color
4-Andar en el esparcimiento
5-Andar en el límite
6- Andar bajo la mirada del cielo
7-Caer en la fábula del lugar
1-ANDAR EN EL DESIERTO
El escenario se plantea como un lugar tórrido, vacío y monocromático. En la monocromía de un suelo arenoso, de un amarillo abrasador, se desplaza lo que se describe como una mancha lenta, es decir, un hombre que camina sin fin. Este contempla la línea de horizonte que se distingue del tono crudo del cielo, y le da la sensación de que esta está siendo desplazada por el viento. Surge entonces una interrogante: ¿es el hombre el que camina sobre el desierto, o es el desierto el que se mueve y está vivo bajo sus pies?
De repente el escenario evoluciona: el suelo empieza a tener peñascos y aparecen nuevos colores: el gris-amarillo, el gris ceniza y una franja de color rojizo. Y es que, el hombre que caminaba se encontraba frente a una montaña.
Esta experiencia cromática, sin obra de arte ni objeto-reliquia, supone el paisaje perfecto para experimentar una arrolladora ausencia, esa que lleva a la coacción de los deseos, al pensamiento y la tristeza. Para llegar a esta circunstancia, el hombre debió apartarse de todo lazo sentimental, es decir, colmarse del Ausente, su dios. Posteriormente este se encontraría con el hombre, y le indicaría las condiciones para su alianza, como la prohibición de representar elementos de la realidad y el deber de construir altares y otros elementos arquitectónicos, donde se llevaría cabo el ‘’sacrificio de sangre’’. Una vez la alianza fuera zanjada, el Ausente le habría robado todo, por lo que tendría que retornar al desierto, a caminar por el color protegido por su ley.
2- ANDAR EN LA LUZ
Transcurre mucho tiempo para el hombre, que ahora ya camina por el laberinto de las ciudades, concretamente se encuentra en Venecia. El mundo está abigarrado, las imágenes lo invaden todo, y el Ausente sigue actuando, ahora encarnado en la figura de su hijo sacrificado. Ahora, su alianza con el hombre se lleva a cabo a través de arte.
En el año 1105, Ordefalo Falier lleva a cabo la renovación del Antependium de la Basílica de San Marcos, y la llena de oro, piedras preciosas y esmaltes bizantinos. El hombre se enfrenta a un color masivo, saturado y misterioso, en el que cree descifrar su pasado. Un amarillo torrencial bañado por la húmeda luz de Venecia, el color del fin de los tiempos.; el dorado maternal, que baña el altar del ausente y las bóvedas con mosaicos; el color rojizo en las vetas orgánicas hechas con mármol.
El altar es ahora el punto focal destacado, simbólico y pregnante, un espacio donante de sacramento a Dios para el milagro, la esperanza y el cumplimiento. Sigue vigente el juramento y la alianza, lo que hace de este lugar cuna del misterio, de la figura Christi. El Pala d’ oro dispara rayos intersticiales como un joyero de luz, creando un lienzo dorado, una frontalidad monocroma.
Este resplandor depende del objeto donde se proyecte, del movimiento, y sobre todo del observador, ya que el resplandor va a su encuentro, siendo este el resultado ínfimo de sus movimientos. Resulta enigmático cómo la lejanía se aproxima dependiendo del paso, como si de una brisa se tratase. Aquí surge la teofanía: el dios de nuestro hombre se denomina a sí mismo ‘’la luz del mundo’’, por lo que al sumergirse en esta atmósfera nuestro hombre piensa que brilla solo para él. Es por esto que el Ausente no se representa, ya que no posee una imagen estable, pues por ejemplo, pesante superficie monocroma es un lugar imaginario, y la única presencia ‘’real’’ del dios encarnado podría ser la hostia consagrada.
El altar es en sí un objeto fascinante, un soporte de creencia que mantiene al hombre en posición de respeto. Conseguir esto fue una cuestión crucial durante la Edad Media para clérigos y artistas, por lo que se creó el altar, un lugar desertificado donde existe la ‘’evidencia’’ de que el Ausente ha habitado ahí, ya que la evidencia de que este existe se da en la desemejanza. Es por esto que el hombre anda en la imagen, es imaginado caminando en busca de su dios, sin posibilidad de conseguir imágenes semejantes.
A pesar de la imposibilidad de conseguir imágenes semejantes, existe la exigencia de producir imágenes a pesar de todo. Aquí surge un mundo extraño que posee la identidad atópica y monstruosa de las semejanzas desemejantes, dentro del que estarían el Pala d’Oro, los mosaicos bizantinos, y el ejemplo más llamativo, el arte de la vidriera. En las vidrieras góticas la saturación luminosa avanza por delante de las figuras, creando con los juegos de luces temblores de color sobre los objetos a lo que acarician. Con esto, el Ausente lleva a cabo su evidencia.
3-ANDAR EN EL COLOR
El hombre ya no anda por el desierto ni por la iglesias, si no por las galerías de arte. En la galería donde nuestro hombre se encuentra, se exponen las obras del californiano James Turrel, quien vivió en el Roden Crater, el desierto coloreado de Arizona. Allí los visitantes pueden observar en un espacio reducido un lugar desertificado.
Las puertas pueden llevar a cualquier lado, como a una notaría, un lugar sagrado o un sex-shop, pero al acceder a ‘’’la pieza’’ el caminante no encuentra nada sorprendente, nada más allá de un espacio simplificado. Cuando se adentra en el lugar, se hallará en un ambiente brumoso que le pasará desapercibido al cabo de un rato. En un momento determinado, se siente borroso, difuminado, como una obra de Turner, y al avanzar en su camino se encuentra frente a un rectángulo escarlata, incandescente y nítido de contorno. Su color es masivo, totalmente puro y plano. El hombre se pregunta a sí mismo sobre la pureza del color, sobre sus posibles referentes. Es entonces cuando nace la relación color-frontal y color flotante, cuando un color flota masivamente sobre otro, como si de una escultura se tratase. No obstante, el ojo solo percibe una superficie, por lo que el hombre se cuestiona qué diferencia la materia del color del rectángulo del de su lienzo, qué le permite ser así. En este momento el hombre interpreta el rojo opaco como un obstáculo iluminante o que deja pasar la luz.
El único sentido que puede librarlo de su confusión es el tacto, gracias al cual averigua que su mano no llega a tocar nada, pues no existe un límite, aunque continua viendo el color. Lo que ve es en realidad un vacío de color rojo, una habitación vacía llena de luz roja, que lo ha mantenido en posición de respeto bajo su mirada impersonal. De esta forma, Turrel crea una paradoja masiva para la visión.
4-ANDAR EN EL ESPACIMIENTO
Constantemente, tras vivir un engaño o una ilusión, tenemos que construir una fábula para comprender, mediante el ejercicio de la mente, lo que hemos vivido. El sueño es lo que nos da una visión conmovedora, mientras que el despertar nos hace olvidar la evidencia de esta, pues el lugar donde estuvo está hecho de materia de nuestros sueños. Todo lo que se nos da una vez, es convertido en otra materia, la del olvido.
La fábula del chóra construye a su manera la memoria perdida al olvidar un lugar. La obra de James Turrel es exactamente lo mismo, pues desde que este comenzó a hacerla, cogió un lugar concreto para vaciarlo, y llenarlo con nuevas condiciones de luminosidad y espacialidad, convirtiendo así un espacio objetivo en un lugar obrado, ‘’abierto’’. Decidió llevar esta obra a cabo tras instalarse en un hotel y allí vivir experiencias virtuales sobre el espacio y el color. Para esto, convirtió las habitaciones en lugares desertificados, convirtiéndolas en espacios desprovistos de su función, en lugares propicios para la ensoñación, totalmente híbridos. De esta forma, el ojo busca el objeto(‘’looking into’’), sin hallarlo, pues se encuentra en un ‘’lugar blanco’’(‘’blank’’, vacío en inglés). Construye espacios triviales, simples, con pura potencia luminosa, huérfanos de las condiciones habituales de un espacio artístico.
En las obras de Turrell, las aberturas son lo equivalente a los ojos, que al abrirse miran el lugar, dejando entrar la luz. Entonces, cerrar los párpados sería como hacer mudo al espacio visual.
Durante el sueño, se crean espacios gracias al valor oncológico que poseemos, mas cuando no los recordamos, estos lugares nos imponen. Con la eliminación de los límites, Turrel intenta recrear esta sensación, pues cada persona siente que sus sueños ocurren en un lugar diferente, como sus párpados o incluso su boca. Esto se debe a que hemos reconfigurado hasta el límite la visión de nuestros órganos, como un juego de espacios.
5-ANDAR EN EL LÍMITE
La simplicidad, a diferencia de la potencia vaciadora, es algo que se construye y se elabora. Un lugar desertificado, para reafirmarse a sí mismo, necesita una evidencia visual, una mínima arquitectura que represente lo ilimitado. Para ello, se realiza una dialéctica entre contradicciones en sus límites.
Para llevar a cabo esta dialéctica, Turrel creó un diálogo entre la luz artificial y la luz natural. Su obra es tan simple precisamente porque requiere tiempo, pues necesita que el espacio visible familiar se diluya para que se deposite la potencia del lugar.
La simplicidad reside en elementos que se contradicen y se sustentan. Así, las obras de Turrel se convierten en espacios artísticos con la función específica de vivir una experiencia.
Son entonces las líneas que componen sutilmente el marco de las habitaciones algo similar a la limitación propia de lo que se puede ver.
Turrel se siente fascinado al contemplar las pirámides de Egipto, no solo por sus formas perfectas y su cromatismo, si no porque están diseñadas para que en un momento determinado del día, la luz del sol entre e ilumine la cara del faraón. De este tipo de juegos, él se sirve en sus obras. Lo mismo ocurre con los bunkers de la Línea Maginot, ya que puedes ocultarte dentro de ellos, y a la vez ver lo que hay fuera. Esto es un producto de la luz, que a la vez va de la mano del tiempo.
Las obras de Turrel son obras de arquitectura sencilla que al ser contempladas delante nuestro, también están detrás de nuestro campo visual, pues son obras en las que, literalmente, el espectador está dentro, aunque, en apariencia, se presenta como un juego lumínico, como si la luz fuera táctil. Al adentrarse en ellas, nuestra mente entra en la transición entre los espacios concretos del despertar y los espacios olvidados tras el sueño, habitando aún estos últimos en nuestro inconsciente.
El principal elemento engañado en estos lugares en el ojo, igual que ocurre con las experiencias de la Gestalt, pues este es el intermediario entre el lugar visible y la visión que obtenemos del lugar. Esta cuestión se encamina hacia la fenomenología del lugar, puesto que, aunque el ojo no nos permite ver nada más allá del lugar visible, sabemos que más allá de este existen otros espacios, al igual que cuando podemos ver en nuestra mente con los ojos cerrados.
El espacio nocturno es totalmente arrollador, en el sentido de que su oscuridad a penas puede transformarse. Es por esto que al encontrarnos en un área nocturna (oscura) siempre vamos en busca por medio de los sentidos que nos quedan disponibles (todos menos la vista) de un objeto que nos guíe. En las Dark Pieces de Turrel, no es posible que el espectador encuentre ningún objeto, más allá de sus propias alucinaciones al cabo de unos minutos dentro de ellas. Por esto, la obra de Turrel se caracteriza principalmente por no diferenciar la visión real de la ilusoria, pues según él, la visión es algo incorregible.
6- PUNTOS FUERTES DEL LIBRO
Lo más interesante de este libro es sin duda su capacidad descriptiva. Es una narración sobre la que navega fluidamente una adjetivación riquísima: la verdadera belleza del lenguaje.
Cada descripción del escenario: el desierto, el altar, la ciudad, la galería de arte. Es en sí la parte más rica de la obra, junto con la constante metáfora de esta, su simbolismo y su peculiar enfoque.
Concretamente, destacaría la figura del Ausente, pues es una figura que avanza, retrocede, se mantiene al margen e incluso es olvidada en un punto determinado, y no recibe una interpretación convencional, pues no se habla de vida ni de muerte, se habla de cómo este pacta, impone, negocia y se alía con el hombre, y como este lo representa y reconoce. Es una figura compleja, especialmente desde este punto de vista, pues no existe ningún diálogo más allá de las palabras citadas directamente del Éxodo o de la Biblia.
El color es descrito como una experiencia, no como algo artístico, aunque se esté hablando directamente de una obra de arte. Esto nos ofrece una visión totalmente diferente y meditada que no es ni parecida a la visión convencional del color, y esto es otro de los puntos de la obra que más me han hecho alegrarme de haberla adquirido, pues nunca antes me había planteado estas cuestiones sobre lo que supone el color en un escenario. En definitiva, creo que este libro me servirá en cada uno de sus diferentes aspectos para inspirarme a lo largo de mi carrera profesional.
7-PUNTOS A REBARTIR AL AUTOR
Tal vez, lo único que podría rebatirle al autor es su decisión de introducir tantos cultismos, a veces, a mi parecer, gratuitamente.
Este detalle aleja a muchos tipos de lectores del verdadero interés de la obra, ya que el desconocimiento de determinadas palabras da lugar a no poder seguir bien el hilo de lo que se está narrando, por lo que, para muchas personas, esta lectura no tendrá ningún interés, pues no comprenderán de lo que se trata.
Creo que podría haberse mantenido la riqueza del lenguaje sin esa gran cantidad de cultismos apilados que no ayudan a la fluidez de la lectura, pues en la mayoría de casos sería necesaria una segunda, e incluso tercera lectura para ordenar mentalmente los argumentos del libro.
No obstante, ya a nivel personal, sí que he agradecido muchas de las referencias cultas del escritor, pues nunca había oído hablar de ellas y gracias a su aparición ‘’fugaz’’ en la obra ahora los conozco, es decir, este libro también es muy útil para conocer nuevos aspectos culturales, pues están constantemente entrelazados con la temática del color y la luz, a veces, incluso llegándola a dar de lado.
8-LO QUE HE ECHADO EN FALTA EN EL LIBRO
Principalmente, debido al aspecto a rebatir al autor que he explicado con anterioridad, echo en falta una guía más completa para todas las referencias y cultismos, ya que las acotaciones que acompañan al texto no me han servido de mucho durante la lectura y en la mayoría de ocasiones en las que me encontraba con algo que no entendía, tenía que recurrir a internet.
También he echado en falta (no por culpa del escritor ni del traductor, si no de la editorial) calidad en la imágenes que ejemplifican los temas que se están tratando, pues al estar en blanco y negro y a menudo tan oscuras, no cumplen muy bien con su función, pues apenas se aprecian los matices de los que se habla constantemente en el libro.
9-LIBROS DEL MISMO ÁREA DE CONOCIMIENTO
Siendo sincera, me inicié hace menos de un año en las lecturas artísticas, y las que he leído son en su mayoría del género ensayístico y biográfico. Entre las obras que he leído, destacaría ‘’La Biografía de Gustav Klimt’’, la autobiografía de Salvador Dalí: ’’Diario de un genio’’(obra con una gran riqueza del lenguaje), ‘’El arte Naïf’’ de Oto Bihalji-Merin(la edición que adquirí contiene imágenes de las obras naïf de una calidad óptima, que no se han deteriorado a pesar de tartarse de un libro original de 1978), y por último, los libros ‘’365 Días de arte’’ de Lorna Scobie y ‘’642 cosas para dibujar’’ de Penguin Random House, obras concebidas para dibujar sobre ellas.
10-CONCLUSIONES
La conclusión principal tras haber leído y trabajado este libro es que, posiblemente, si dentro de unos años decido volver a leerlo, este me parecerá totalmente distinto. Al igual que si retrocediera dos años de mi vida y lo empezara a leer, seguramente no lo habría entendido en absoluto. Esto quiere decir que la lectura de este libro depende mucho del momento en el que decidas leerlo, ya que al igual que muchas obras literarias, esta evoluciona con el tiempo.
Creo que ha sido muy enriquecedor invertir tiempo en este libro, pues hasta el momento no había leído nada parecido, y enfrentarme a la aventura de leer una obra tan compleja(a pesar de su tamaño) me ha hecho comprender muchas visiones del color y la luz que no me había planteado, como por ejemplo, el color que inunda espacios siendo su propio lienzo, o la evolución cromática de un paisaje.
Es una obra totalmente recomendable para todas aquellas personas interesadas en la estética, el arte y la psicología del color, pues ofrece una visión de estos aspectos muy rica e interesante, lo que me hace plantearme adquirir más obras de Didi-Huberman, pues su labor(al menos en esta obra) puede ayudarme en el futuro.
Por último, destacar que gracias a esta obra, he descubierto al artista al que Didi-Huberman se la dedicó, James Turrel, a quien desconocía completamente, cuya obra supone uno de los tantos conocimientos que he podido adquirir de este libro.

El análisis debe responder ordenadamente a los siguientes puntos:
1. Breve biografía del autor (leed varias y redactar las conclusiones a las que llegáis. Citad las fuentes)
2. Datos editoriales: ISBN, lugar donde se edita, DL, número de ediciones, año de publicación. Procedencia del libro ¿Has adquirido el libro? ¿es de préstamo bibliotecario? ¿es digital?
3. Argumentación de las razones por las que has seleccionado el libro
4. Resumen de lo que trata el libro (NO LO QUE HAN ESCRITO OTROS. Aportación PERSONAL)
5. Desarrollo de los argumentos que presenta el libro.
6. Puntos fuertes que más te han interesado
7. Puntos que podrías rebatir al autor
8. ¿Te falta algo en el libro? ¿Deseas saber algo más sobre ese tema?
9. ¿Conocer otros libros que podrías recomendar de la misma área de conocimiento?
10. Conclusiones
1-Georges Didi-Huberman
BIOGRAFÍA
Georges Didi-Huberman es hijo de un pintor, que le enseñó su oficio artístico. Se formó en París, como filósofo e historiador de arte. En 1982 se orientó cierto tiempo al teatro y montó con su hermana su obra sobre la peste.
Complementó sus estudios de arte en Roma (Académie de France) y en Florencia (Villa I Tatti, Harvard University Center for Italian Renaissance Studies), 1984-1988; luego, en Londres (Institute of Advanced Study, Warburg Institute). Actualmente es profesor en la École des Hautes Études en Sciences Socials de París.
Desde 1990 ha dirigido seminarios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (París), pero también ha sido docente en Baltimore, Northwestern, Berkeley y Berlín. En Alemania se han traducido varios libros suyos, con repercusión: fue premiado en Hamburgo por la Fundación Aby Warburg y ganó el premio Humboldt en 2006.
Fue responsable de diversas exposiciones, como L'Empreinte en el Centro Georges Pompidou, París, 1997; y Fables du lieu en el Studio national des Arts contemporains, Tourcoing, 2001.
A partir de 2010 curó la exposición ATLAS ¿Cómo llevar el mundo a cuestas?, puesta en exhibición del Atlas Mnemosyne de Aby Warburg, donde introduce las implicaciones de narrar la historia a partir de la supervivencia de la imagen y cómo se integran la desigualdad de tiempos según el análisis y referencias al pensamiento del historiador alemán.
En 2015 fue galardonado con el prestigioso Premio Theodor W. Adorno, otorgado por la ciudad de Fráncfort como reconocimiento a su prolongada trayectoria y contribuciones en diversas áreas de estudio.
Didi-Huberman es un gran teorizador de la imagen, que quiere ir más allá de la iconografía más objetiva de tipo panofskyano. Se define como heredero intelectual de Aby Warburg (L’Image survivante), Georges Bataille (La Ressemblance informe), Carl Einstein y Walter Benjamin (Ante el tiempo). Sus obras, son fundamentalmente ensayos sobre sus trabajos profesionales, en especial sobre la historia y la teoría de las imágenes desde el punto de vista estético y filosófico.
Entre sus textos destacan Lo que vemos, lo que nos mira (1997), L’Image survivante. Histoire de l’art et temps des fantômes selon Aby Warburg (2002), Imágenes pese a todo: memoria visual del holocausto (2004), Gestes de l’air et de pierre. Corps, parole, souffle, image (2005), Venus rajada: desnudez, sueño, crueldad (2005), Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes (2006) y Ex-voto: image, organe, temps (2006).
En 2009 inició una serie de libros extensos bajo un título general El ojo de la historia, donde relaciona directamente historia e imagen. Consta ya de cuatro volúmenes: Cuando las imágenes toman posición, Remontages du temps subi, Atlas (que tuvo una primera redacción en España) y Peuples exposés, peuples figurants, de 2012, que aborda problemas de la imagen anónima, el gesto rescatado y la historia.
En 2017 escribió el prefacio de la primera traducción al español de "Aby Warburg y la imagen en movimiento", de Philippe-Alain Michaud. En los últimos años se ha transformado en uno de los pensadores más influyentes en el campo de la estética y la filosofía. Publicó más de veinte libros, entre los cuales se tradujeron al castellano “Lo que vemos, lo que nos mira” (Ma non tropo), “Imágenes pese a todo” (Paidós), “Ante la imagen” (Cendeac), “La imagen superviviente” (Abada) y “Ante el tiempo”. En particular, ha discutido el arte religioso en un sentido muy amplio —así en los artículos de L'Image ouverte—, pues el registro de sus estudios va desde la Edad Media hasta el arte de hoy, con ciertos motivos como la herida, la sangre y la carnalidad que recorre muchos aspectos. De hecho empezó con un trabajo sobre la fotografía y la falsedad de la teoría histérica del siglo XIX (La invención de la histeria).
Fuentes de la biografía:
https://es.wikipedia.org
-https://adrianahidalgo.es
-http://www.circulobellasartes.com
-http://www.lecturalia.com
-http://proyectoidis.org
2-Datos editoriales
Editorial: ABADA editores, lecturas de historia del arte
ABADA EDITORES, S.L, 2014
Calle del Gobernador, 18
28014 Madrid
Les Éditons de Minuit, 2001
Traducción: Juan Miguel Hernández León, 2014
para todos los países de lengua española
Diseño: SABÁTICA
Producción: Guadalupe Gisbert
ISBN: 978-84-16160-17-4
IBIC: HPN
Depósito legal: M-30645-2014
Preimpresión: Escarola Leczinska
Impresión: Punto verde, S.A.
Título original: L' homme qui marchait dans la couleur
Adquirí este libro a través de Amazon, ya que en lo personal prefiero la lectura analógica, y necesito casi siempre resaltar con lápiz determinadas palabras y párrafos, para poder después meditarlos en las siguientes lecturas, algo que no podría hacer si se tratara de un préstamo bibliotecario.
3- ARGUMENTACIÓN
Adquirí este libro primeramente por lo llamativo de su título, ya que me llamó la atención entre el resto por la originalidad de este. También lo escogí por su ligereza, por ser un libro que puedo llevar siempre conmigo para leerlo, analizarlo y meditarlo, ya que reúne los dos puntos que más me gustan en un libro: brevedad e intensidad. Es una obra que pese a su poca densidad alberga muchos puntos en los que pararse a pensar en diferentes interpretaciones para poder comprender bien lo que está pasando.
4- RESUMEN DEL LIBRO
Un hombre camina por diferentes escenarios (desertificados, atiborrados…) con distintos juegos cromáticos en momentos históricos lejanos. Todas estas situaciones tienen en común la manifestación de lo que se denomina ‘’el Ausente’’ de una manera u otra, formando siempre este parte del vacío y de los diferentes planos y gradaciones del color. Este personaje tiene una evolución hija de su tiempo, por lo que en las diferentes épocas pasa de ser un presunto desconocido, a una autoridad, a un elemento totalmente ignorado por el hombre. Éste camina por el tiempo y las sociedades, es decir, camina por el color, y va experimentando con él sensaciones diversas.
5-DESARROLLO DE ARGUMENTOS DEL LIBRO
ÍNDICE
1-Andar en el desierto
2-Andar en la luz
3-Andar en el color
4-Andar en el esparcimiento
5-Andar en el límite
6- Andar bajo la mirada del cielo
7-Caer en la fábula del lugar
1-ANDAR EN EL DESIERTO
El escenario se plantea como un lugar tórrido, vacío y monocromático. En la monocromía de un suelo arenoso, de un amarillo abrasador, se desplaza lo que se describe como una mancha lenta, es decir, un hombre que camina sin fin. Este contempla la línea de horizonte que se distingue del tono crudo del cielo, y le da la sensación de que esta está siendo desplazada por el viento. Surge entonces una interrogante: ¿es el hombre el que camina sobre el desierto, o es el desierto el que se mueve y está vivo bajo sus pies?
De repente el escenario evoluciona: el suelo empieza a tener peñascos y aparecen nuevos colores: el gris-amarillo, el gris ceniza y una franja de color rojizo. Y es que, el hombre que caminaba se encontraba frente a una montaña.
Esta experiencia cromática, sin obra de arte ni objeto-reliquia, supone el paisaje perfecto para experimentar una arrolladora ausencia, esa que lleva a la coacción de los deseos, al pensamiento y la tristeza. Para llegar a esta circunstancia, el hombre debió apartarse de todo lazo sentimental, es decir, colmarse del Ausente, su dios. Posteriormente este se encontraría con el hombre, y le indicaría las condiciones para su alianza, como la prohibición de representar elementos de la realidad y el deber de construir altares y otros elementos arquitectónicos, donde se llevaría cabo el ‘’sacrificio de sangre’’. Una vez la alianza fuera zanjada, el Ausente le habría robado todo, por lo que tendría que retornar al desierto, a caminar por el color protegido por su ley.
2- ANDAR EN LA LUZ
Transcurre mucho tiempo para el hombre, que ahora ya camina por el laberinto de las ciudades, concretamente se encuentra en Venecia. El mundo está abigarrado, las imágenes lo invaden todo, y el Ausente sigue actuando, ahora encarnado en la figura de su hijo sacrificado. Ahora, su alianza con el hombre se lleva a cabo a través de arte.
En el año 1105, Ordefalo Falier lleva a cabo la renovación del Antependium de la Basílica de San Marcos, y la llena de oro, piedras preciosas y esmaltes bizantinos. El hombre se enfrenta a un color masivo, saturado y misterioso, en el que cree descifrar su pasado. Un amarillo torrencial bañado por la húmeda luz de Venecia, el color del fin de los tiempos.; el dorado maternal, que baña el altar del ausente y las bóvedas con mosaicos; el color rojizo en las vetas orgánicas hechas con mármol.
El altar es ahora el punto focal destacado, simbólico y pregnante, un espacio donante de sacramento a Dios para el milagro, la esperanza y el cumplimiento. Sigue vigente el juramento y la alianza, lo que hace de este lugar cuna del misterio, de la figura Christi. El Pala d’ oro dispara rayos intersticiales como un joyero de luz, creando un lienzo dorado, una frontalidad monocroma.
Este resplandor depende del objeto donde se proyecte, del movimiento, y sobre todo del observador, ya que el resplandor va a su encuentro, siendo este el resultado ínfimo de sus movimientos. Resulta enigmático cómo la lejanía se aproxima dependiendo del paso, como si de una brisa se tratase. Aquí surge la teofanía: el dios de nuestro hombre se denomina a sí mismo ‘’la luz del mundo’’, por lo que al sumergirse en esta atmósfera nuestro hombre piensa que brilla solo para él. Es por esto que el Ausente no se representa, ya que no posee una imagen estable, pues por ejemplo, pesante superficie monocroma es un lugar imaginario, y la única presencia ‘’real’’ del dios encarnado podría ser la hostia consagrada.
El altar es en sí un objeto fascinante, un soporte de creencia que mantiene al hombre en posición de respeto. Conseguir esto fue una cuestión crucial durante la Edad Media para clérigos y artistas, por lo que se creó el altar, un lugar desertificado donde existe la ‘’evidencia’’ de que el Ausente ha habitado ahí, ya que la evidencia de que este existe se da en la desemejanza. Es por esto que el hombre anda en la imagen, es imaginado caminando en busca de su dios, sin posibilidad de conseguir imágenes semejantes.
A pesar de la imposibilidad de conseguir imágenes semejantes, existe la exigencia de producir imágenes a pesar de todo. Aquí surge un mundo extraño que posee la identidad atópica y monstruosa de las semejanzas desemejantes, dentro del que estarían el Pala d’Oro, los mosaicos bizantinos, y el ejemplo más llamativo, el arte de la vidriera. En las vidrieras góticas la saturación luminosa avanza por delante de las figuras, creando con los juegos de luces temblores de color sobre los objetos a lo que acarician. Con esto, el Ausente lleva a cabo su evidencia.
3-ANDAR EN EL COLOR
El hombre ya no anda por el desierto ni por la iglesias, si no por las galerías de arte. En la galería donde nuestro hombre se encuentra, se exponen las obras del californiano James Turrel, quien vivió en el Roden Crater, el desierto coloreado de Arizona. Allí los visitantes pueden observar en un espacio reducido un lugar desertificado.
Las puertas pueden llevar a cualquier lado, como a una notaría, un lugar sagrado o un sex-shop, pero al acceder a ‘’’la pieza’’ el caminante no encuentra nada sorprendente, nada más allá de un espacio simplificado. Cuando se adentra en el lugar, se hallará en un ambiente brumoso que le pasará desapercibido al cabo de un rato. En un momento determinado, se siente borroso, difuminado, como una obra de Turner, y al avanzar en su camino se encuentra frente a un rectángulo escarlata, incandescente y nítido de contorno. Su color es masivo, totalmente puro y plano. El hombre se pregunta a sí mismo sobre la pureza del color, sobre sus posibles referentes. Es entonces cuando nace la relación color-frontal y color flotante, cuando un color flota masivamente sobre otro, como si de una escultura se tratase. No obstante, el ojo solo percibe una superficie, por lo que el hombre se cuestiona qué diferencia la materia del color del rectángulo del de su lienzo, qué le permite ser así. En este momento el hombre interpreta el rojo opaco como un obstáculo iluminante o que deja pasar la luz.
El único sentido que puede librarlo de su confusión es el tacto, gracias al cual averigua que su mano no llega a tocar nada, pues no existe un límite, aunque continua viendo el color. Lo que ve es en realidad un vacío de color rojo, una habitación vacía llena de luz roja, que lo ha mantenido en posición de respeto bajo su mirada impersonal. De esta forma, Turrel crea una paradoja masiva para la visión.
4-ANDAR EN EL ESPACIMIENTO
Constantemente, tras vivir un engaño o una ilusión, tenemos que construir una fábula para comprender, mediante el ejercicio de la mente, lo que hemos vivido. El sueño es lo que nos da una visión conmovedora, mientras que el despertar nos hace olvidar la evidencia de esta, pues el lugar donde estuvo está hecho de materia de nuestros sueños. Todo lo que se nos da una vez, es convertido en otra materia, la del olvido.
La fábula del chóra construye a su manera la memoria perdida al olvidar un lugar. La obra de James Turrel es exactamente lo mismo, pues desde que este comenzó a hacerla, cogió un lugar concreto para vaciarlo, y llenarlo con nuevas condiciones de luminosidad y espacialidad, convirtiendo así un espacio objetivo en un lugar obrado, ‘’abierto’’. Decidió llevar esta obra a cabo tras instalarse en un hotel y allí vivir experiencias virtuales sobre el espacio y el color. Para esto, convirtió las habitaciones en lugares desertificados, convirtiéndolas en espacios desprovistos de su función, en lugares propicios para la ensoñación, totalmente híbridos. De esta forma, el ojo busca el objeto(‘’looking into’’), sin hallarlo, pues se encuentra en un ‘’lugar blanco’’(‘’blank’’, vacío en inglés). Construye espacios triviales, simples, con pura potencia luminosa, huérfanos de las condiciones habituales de un espacio artístico.
En las obras de Turrell, las aberturas son lo equivalente a los ojos, que al abrirse miran el lugar, dejando entrar la luz. Entonces, cerrar los párpados sería como hacer mudo al espacio visual.
Durante el sueño, se crean espacios gracias al valor oncológico que poseemos, mas cuando no los recordamos, estos lugares nos imponen. Con la eliminación de los límites, Turrel intenta recrear esta sensación, pues cada persona siente que sus sueños ocurren en un lugar diferente, como sus párpados o incluso su boca. Esto se debe a que hemos reconfigurado hasta el límite la visión de nuestros órganos, como un juego de espacios.
5-ANDAR EN EL LÍMITE
La simplicidad, a diferencia de la potencia vaciadora, es algo que se construye y se elabora. Un lugar desertificado, para reafirmarse a sí mismo, necesita una evidencia visual, una mínima arquitectura que represente lo ilimitado. Para ello, se realiza una dialéctica entre contradicciones en sus límites.
Para llevar a cabo esta dialéctica, Turrel creó un diálogo entre la luz artificial y la luz natural. Su obra es tan simple precisamente porque requiere tiempo, pues necesita que el espacio visible familiar se diluya para que se deposite la potencia del lugar.
La simplicidad reside en elementos que se contradicen y se sustentan. Así, las obras de Turrel se convierten en espacios artísticos con la función específica de vivir una experiencia.
Son entonces las líneas que componen sutilmente el marco de las habitaciones algo similar a la limitación propia de lo que se puede ver.
Turrel se siente fascinado al contemplar las pirámides de Egipto, no solo por sus formas perfectas y su cromatismo, si no porque están diseñadas para que en un momento determinado del día, la luz del sol entre e ilumine la cara del faraón. De este tipo de juegos, él se sirve en sus obras. Lo mismo ocurre con los bunkers de la Línea Maginot, ya que puedes ocultarte dentro de ellos, y a la vez ver lo que hay fuera. Esto es un producto de la luz, que a la vez va de la mano del tiempo.
Las obras de Turrel son obras de arquitectura sencilla que al ser contempladas delante nuestro, también están detrás de nuestro campo visual, pues son obras en las que, literalmente, el espectador está dentro, aunque, en apariencia, se presenta como un juego lumínico, como si la luz fuera táctil. Al adentrarse en ellas, nuestra mente entra en la transición entre los espacios concretos del despertar y los espacios olvidados tras el sueño, habitando aún estos últimos en nuestro inconsciente.
El principal elemento engañado en estos lugares en el ojo, igual que ocurre con las experiencias de la Gestalt, pues este es el intermediario entre el lugar visible y la visión que obtenemos del lugar. Esta cuestión se encamina hacia la fenomenología del lugar, puesto que, aunque el ojo no nos permite ver nada más allá del lugar visible, sabemos que más allá de este existen otros espacios, al igual que cuando podemos ver en nuestra mente con los ojos cerrados.
El espacio nocturno es totalmente arrollador, en el sentido de que su oscuridad a penas puede transformarse. Es por esto que al encontrarnos en un área nocturna (oscura) siempre vamos en busca por medio de los sentidos que nos quedan disponibles (todos menos la vista) de un objeto que nos guíe. En las Dark Pieces de Turrel, no es posible que el espectador encuentre ningún objeto, más allá de sus propias alucinaciones al cabo de unos minutos dentro de ellas. Por esto, la obra de Turrel se caracteriza principalmente por no diferenciar la visión real de la ilusoria, pues según él, la visión es algo incorregible.
6- PUNTOS FUERTES DEL LIBRO
Lo más interesante de este libro es sin duda su capacidad descriptiva. Es una narración sobre la que navega fluidamente una adjetivación riquísima: la verdadera belleza del lenguaje.
Cada descripción del escenario: el desierto, el altar, la ciudad, la galería de arte. Es en sí la parte más rica de la obra, junto con la constante metáfora de esta, su simbolismo y su peculiar enfoque.
Concretamente, destacaría la figura del Ausente, pues es una figura que avanza, retrocede, se mantiene al margen e incluso es olvidada en un punto determinado, y no recibe una interpretación convencional, pues no se habla de vida ni de muerte, se habla de cómo este pacta, impone, negocia y se alía con el hombre, y como este lo representa y reconoce. Es una figura compleja, especialmente desde este punto de vista, pues no existe ningún diálogo más allá de las palabras citadas directamente del Éxodo o de la Biblia.
El color es descrito como una experiencia, no como algo artístico, aunque se esté hablando directamente de una obra de arte. Esto nos ofrece una visión totalmente diferente y meditada que no es ni parecida a la visión convencional del color, y esto es otro de los puntos de la obra que más me han hecho alegrarme de haberla adquirido, pues nunca antes me había planteado estas cuestiones sobre lo que supone el color en un escenario. En definitiva, creo que este libro me servirá en cada uno de sus diferentes aspectos para inspirarme a lo largo de mi carrera profesional.
7-PUNTOS A REBARTIR AL AUTOR
Tal vez, lo único que podría rebatirle al autor es su decisión de introducir tantos cultismos, a veces, a mi parecer, gratuitamente.
Este detalle aleja a muchos tipos de lectores del verdadero interés de la obra, ya que el desconocimiento de determinadas palabras da lugar a no poder seguir bien el hilo de lo que se está narrando, por lo que, para muchas personas, esta lectura no tendrá ningún interés, pues no comprenderán de lo que se trata.
Creo que podría haberse mantenido la riqueza del lenguaje sin esa gran cantidad de cultismos apilados que no ayudan a la fluidez de la lectura, pues en la mayoría de casos sería necesaria una segunda, e incluso tercera lectura para ordenar mentalmente los argumentos del libro.
No obstante, ya a nivel personal, sí que he agradecido muchas de las referencias cultas del escritor, pues nunca había oído hablar de ellas y gracias a su aparición ‘’fugaz’’ en la obra ahora los conozco, es decir, este libro también es muy útil para conocer nuevos aspectos culturales, pues están constantemente entrelazados con la temática del color y la luz, a veces, incluso llegándola a dar de lado.
8-LO QUE HE ECHADO EN FALTA EN EL LIBRO
Principalmente, debido al aspecto a rebatir al autor que he explicado con anterioridad, echo en falta una guía más completa para todas las referencias y cultismos, ya que las acotaciones que acompañan al texto no me han servido de mucho durante la lectura y en la mayoría de ocasiones en las que me encontraba con algo que no entendía, tenía que recurrir a internet.
También he echado en falta (no por culpa del escritor ni del traductor, si no de la editorial) calidad en la imágenes que ejemplifican los temas que se están tratando, pues al estar en blanco y negro y a menudo tan oscuras, no cumplen muy bien con su función, pues apenas se aprecian los matices de los que se habla constantemente en el libro.
9-LIBROS DEL MISMO ÁREA DE CONOCIMIENTO
Siendo sincera, me inicié hace menos de un año en las lecturas artísticas, y las que he leído son en su mayoría del género ensayístico y biográfico. Entre las obras que he leído, destacaría ‘’La Biografía de Gustav Klimt’’, la autobiografía de Salvador Dalí: ’’Diario de un genio’’(obra con una gran riqueza del lenguaje), ‘’El arte Naïf’’ de Oto Bihalji-Merin(la edición que adquirí contiene imágenes de las obras naïf de una calidad óptima, que no se han deteriorado a pesar de tartarse de un libro original de 1978), y por último, los libros ‘’365 Días de arte’’ de Lorna Scobie y ‘’642 cosas para dibujar’’ de Penguin Random House, obras concebidas para dibujar sobre ellas.
10-CONCLUSIONES
La conclusión principal tras haber leído y trabajado este libro es que, posiblemente, si dentro de unos años decido volver a leerlo, este me parecerá totalmente distinto. Al igual que si retrocediera dos años de mi vida y lo empezara a leer, seguramente no lo habría entendido en absoluto. Esto quiere decir que la lectura de este libro depende mucho del momento en el que decidas leerlo, ya que al igual que muchas obras literarias, esta evoluciona con el tiempo.
Creo que ha sido muy enriquecedor invertir tiempo en este libro, pues hasta el momento no había leído nada parecido, y enfrentarme a la aventura de leer una obra tan compleja(a pesar de su tamaño) me ha hecho comprender muchas visiones del color y la luz que no me había planteado, como por ejemplo, el color que inunda espacios siendo su propio lienzo, o la evolución cromática de un paisaje.
Es una obra totalmente recomendable para todas aquellas personas interesadas en la estética, el arte y la psicología del color, pues ofrece una visión de estos aspectos muy rica e interesante, lo que me hace plantearme adquirir más obras de Didi-Huberman, pues su labor(al menos en esta obra) puede ayudarme en el futuro.
Por último, destacar que gracias a esta obra, he descubierto al artista al que Didi-Huberman se la dedicó, James Turrel, a quien desconocía completamente, cuya obra supone uno de los tantos conocimientos que he podido adquirir de este libro.

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